Edwin y María Giron | Movilizadores de Misiones para Amigos Hispanos
Edwin y yo podemos testificarles que verdaderamente vale la pena servir a Jesucristo, vivir para Él y ser obedientes.
El Señor nos ha permitido dirigir viajes de oración Lucas 10:2 a México y Ecuador y poder ver e incluso tocar la necesidad en los campos que están listos para la cosecha. Una de las muchas maneras en que Dios se muestra en estos tremendos viajes de oración es cómo Él abre puertas tan maravillosamente y nos ha llevado a conocer a la persona de paz en diferentes lugares donde nos ha permitido llegar.
Durante el viaje de oración a la zona amazónica de Ecuador, donde se centra el pueblo Shuar, acompañamos a José Olivas, misionero de los Amigos de México, a buscar a un hombre Shuar a quien José conoció en un autobús que lo invitó a su casa para que pudiera compartir el Evangelio con él y su esposa. Su nombre es Juwan. Ellos han escuchado antes el Evangelio por parte de un pariente de su esposa que vive muy lejos de ellos. Juwan y su esposa desde entonces han estado hambrientos de saber más sobre la palabra de Dios. El equipo viajó cuatro horas por un camino de terracería adentrándonos en la selva para llegar a esta remota aldea Shuar llamada Nunkui.
Cuando nuestro equipo de oración llegó a la casa de Juwan, él no estaba en casa. Entonces, el equipo se detuvo allí frente a su choza, y decidimos orar por este hombre Shuar y su esposa y esta aldea Nunkui, a pesar de que ellos no estaban presentes. El equipo oró para que Dios abriera puertas para que José comenzara una iglesia en esa comunidad. Mientras cada uno de nosotros en el equipo tomaba tiempo para orar, algo emocionante sucedió: una mujer se nos acercó y nos dijo que era la hija de Juwan. Le dijimos que éramos cristianos evangélicos y que veníamos a orar por la comunidad Shuar.
Sorprendida pero muy feliz de escuchar quiénes éramos, nos dijo que hace unos años, ella, su esposo y sus hijos escucharon el Evangelio, aceptaron a Jesús e incluso dieron testimonio público de bautismo, pero que había pasado mucho tiempo desde que habían asistido a una iglesia porque viven muy lejos del pueblo más cercano y no les es posible viajar tan seguido. La hija de Juwan nos llevó a conocer al resto de su familia y a orar por ellos. El misionero José se ofreció a venir todos los viernes para tener estudios bíblicos con ellos, y sólo les pidió que le permitieran montar su tienda de campaña en su terreno. La familia estaba tan contenta con la oferta de José que incluso le ofrecieron un lugar no en su terreno sino un espacio dentro de su casa para que José pudiera pasar la noche cada vez que viniera a hablarles de la Palabra de Dios.
Increíblemente, este evento fue una respuesta rápida de Dios a nuestra oración. Ahora, José llega semanalmente a reunirse con tres familias en esta comunidad y están muy felices de poder estudiar la Palabra de Dios. ¡Alabado sea el Señor!
Ahora, Amigos, los invitamos a orar para que estas personas se conviertan en una iglesia Shuar que adore a Dios en espíritu y verdad y se conviertan en discípulos de Jesús que lleven las buenas nuevas y hagan más discípulos Shuar para la honra y gloria de Dios.
Simplemente estamos muy agradecidos de haber sido parte de este comienzo de la obra de Dios en la que Él nos ha involucrado, a los Amigos.
En obediencia a él,
Edwin y María Girón
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