Como una forma de alabar al Señor por un viaje exitoso de exploración Lucas 10 a Ecuador, me gustaría compartir con todos ustedes un vistazo a nuestras muchas experiencias aventureras durante nuestro tiempo en la hermosa selva amazónica de Ecuador.
En primer lugar, me gustaría expresar nuestra gratitud a todos los que se unieron a nuestro equipo orando y ofrendando. Quiero que sepan que vimos claramente a Dios obrando, comenzando por experimentar siempre su protección sobre cada miembro de nuestro equipo. Todos nos sentimos seguros todo el tiempo, ninguno de nosotros sufrió una enfermedad grave (algunos solo tuvieron problemas estomacales menores). Fue increíble ver como a solo un par de días antes de despegar, Dios proveyó todas las finanzas necesarias para cubrir los gastos del viaje e incluso por encima de lo esperado. Y en cada experiencia que pudimos vivir, sabíamos que Jesús estaba presente.
Nuestra primera experiencia sumergiéndonos y tocando la cultura Shuar fue asombrosa. Esto sucedió en la comunidad Shuar Tuwasap cerca de Palora donde fuimos recibidos por el jefe tribal y su hijo. Ellos tenían preparada una cena de sopa de pollo para nuestro equipo y un lugar especial en lo alto de una colina, donde nos hospedaron para dormir y donde pudimos contemplar la belleza de estar dentro de la selva sonora y verde. Después de la cena, nos sentamos y escuchamos las charlas del jefe tribal sobre las tradiciones y la cosmovisión de su gente. Mientras escuchábamos sus historias algo inesperado sucedió, Dios nos sorprendió con la visita de la madre del jefe tribal quien se nos unió y se sentó con nosotros, y sin siquiera imaginarlo, ella comenzó a decirnos que ¡ya era cristiana y estaba muy feliz con nuestra visita! El momento más impactante fue cuando, con sus propias palabras, ella nos invitó a venir a enseñarles a sus hijos y nietos sobre el Evangelio de Jesús. Incluso mencionó que hay terreno disponible para construir un templo. Esas palabras de la madre tuvieron un gran impacto en nuestros corazones, sentimos que era Dios confirmándonos el por qué estábamos allí y mostrándonos, en ese momento, que efectivamente la mies es abundante y esta lista.
Se sabe que aún existen tribus de los Shuar internadas en la lejanía de la selva amazónica que saben muy poco del Evangelio o incluso no han oído hablar de Jesucristo. Fuimos afortunados de tener la oportunidad de sumergirnos un poco para conocer un poco mas de ellos viajando en pequeñas canoas por el río Amazonas, durante más de dos horas, llegando a un pueblo donde nos encontramos con un pequeño grupo de cristianos evangélicos. Allí aprendimos que para los Shuar es muy significativo que los visitantes acepten sus bebidas y alimentos para ser aceptados en su pueblo, por lo cual ellos nos sometieron a prueba para ver si amamos a la gente por cómo respondíamos a la comida que nos ofrecían. Pudimos degustar lombrices vivas recién recolectadas, pescado, sopa de gallo, caracoles y otras delicias de la selva. Estamos muy agradecidos de haber sido bendecidos al conocer a Vicente y a Carlos, quien es un cristiano shuar, ellos fueron nuestro guía y piezas claves para poder ingresar al pueblo shuar.
También estamos agradecidos de haber podido conocer a líderes y misioneros que están dedicando su vida a la ardua labor de evangelizar al pueblo Shuar, como fue el caso de una familia coreana que vive y trabaja con los Shuar desde hace casi ocho años. Pudimos ver en ellos el agotamiento, incluso la esposa tuvo la libertad de expresar, con lágrimas en los ojos, algunos de los grandes desafíos que enfrentan como familia y el rechazo que han sufrido sus hijos de 9 y 10 años por parte de los niños del lugar. Su testimonio tocó nuestros corazones, y tanto ellos como nosotros nos alegramos de haber podido visitarlos, alentarlos, abrazarlos y orar por ellos. Agradecemos también el contacto que tuvimos con otros líderes y hombres de paz que Dios permitió que encontráramos para que pudiéramos realizar el viaje de exploración de manera efectiva.
Únase a nosotros alabando al Señor porque pudimos tener el gozo de navegar y aprender un poco más profundamente de la cultura del pueblo Shuar. Con seguridad ahora hemos crecido en amor, respeto y compasión por aquellos que aún no han sido alcanzados con el amor y la gracia de Jesucristo.
María Girón