Recientemente recibimos la visita de unos queridos estadounidenses. Una de las cosas que disfrutamos cuando la gente llega a este hermoso país es ver cómo se adaptan a la lengua y la cultura irlandesas. Aunque los irlandeses hablan inglés, las palabras y frases que usan son diferentes. Cosas sencillas como decir “perdón” en lugar de “con permiso” cuando quieren pasar de largo en las tiendas. Ir a un taller mecánico (que se pronuncia “gare” – ig) en lugar de una gasolinera. Pedir patatas fritas en lugar de papas a la francesa. Este proceso puede ser divertido y desafiante para algunos, pero es un paso importante para comunicarse adecuadamente con sus seres queridos.
Recientemente, recordamos la importancia de esta comprensión también en el ministerio. Estábamos hablando con un amigo y escuchábamos cómo le iba. Mientras hablaba, se hizo evidente que las palabras que usaba para comunicarse transmitían algo completamente diferente. En lugar de paz, había dolor y tormento. En lugar de alegría, había tristeza y desesperación. Nuestro amigo estaba sufriendo, pero decía algo diferente. Una situación demasiado común en todo el mundo. Al pasar tiempo juntos escuchándonos y comprendiéndonos mutuamente, pudimos compartir esos problemas con seguridad aunque fueran problemas feos. Nuestro amigo pudo encontrar paz y alegría.
Otro amigo estaba profundamente preocupado por la vida espiritual de su familia extendida. Habían sido heridos tanto por la iglesia católica como por la iglesia protestante y se habían distanciado de todo. Mientras hablábamos, se hizo evidente que las palabras que las iglesias usaban para comunicar gracia y verdad no pretendían lo que debían. Estaban llenas de contexto y les decían lo contrario. Nuestro amigo temía por su familia, y hablamos sobre maneras de ayudarlos a comunicarse con claridad. Su deseo era que su familia finalmente fuera libre y caminara en la verdad del amor y el perdón de Dios.
Yo (David) terminé recientemente un módulo sobre Iglesia y Misión en el Instituto Bíblico Irlandés. Fue maravilloso recordar la gran misión de amor de Dios en la tierra y la alegría de ser colaboradores suyos en esto, pero también sentir el desafío de cómo lo hacemos. El Evangelio suena hueco si las palabras y las acciones que usamos para comunicarnos contradicen el mensaje. Como parte de la familia EFM-Irlanda, nuestro deseo es aprender constantemente cómo comunicarnos mejor con nuestros amigos irlandeses y ser conscientes de la cultura y el contexto en el que servimos. Incluso después de tantos años, sabemos que aún no lo tenemos todo resuelto. Pero sí sabemos que, gracias al cuidado que hemos demostrado en esto, muchos amigos ahora tienen un conocimiento de la salvación que tenemos en Jesucristo.
Por favor, sigan orando por nosotros y por el resto del equipo de EFM-Irlanda mientrasnos esforzamos por ser las manos y los pies de Jesús en una tierra que sufre.
La familia Howell
Alabado sea el Señor…
Por favor orar…
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